martes, 29 de mayo de 2007

Biba la Banda!!!



Imagináos un equipo en el que el entrenador no tenía ni oficio ni beneficio, que vivía del juego (del póquer, del bingo, del dómino; se compró el coche a tocateja después de una gran timba), que era pariente de Ángel Cristo, que no tenía ni la etiqueta de Anís del Mono y que tenía un léxico propio, con conceptos como potonces, chiquitibaila, chisposo y muchos más.


Imagináos a una banda de jugadores de quinta fila que se dejaban las rodillas en campos de tierra por amor al arte y un sobresueldo mísero, que tres veces por semana, más los partidos, se juntaba de noche para enaltecer el nombre de un club de barrio obrero de Barcelona.


Imagináos dos temporadas locas, que darían para mil anécdotas en otros tantos blogs... lo mejor es que os presente a los personajes, y que cada cual se monte su película.


Portero


Iván, El Gato, un hombre con un parecido más que razonable a Benny Hill y con el carácter de Fernando Fernán Gómez con dos copas de más. Después de muchos años en Tercera División, se sobraba mucho, aunque ya no estaba para muchos trotes. Sus mofletes le delataban.


Defensas


Carlos, El Zorro. Lateral derecho. Veterano, dueño de un bar en la Vila Olímpica, era un self-made man. Todo garra. Uno de los pocos presentables de aquel vestuario...


Arrufat, un metrosexual veterano, el terror de las novias de los rivales. Era muy guapo, pero como central daba unas hostias que dejaban tieso al delantero de turno. Más de un domingo, después de jugar, se enfundaba su tanguita negro, su ropa impecable y se iba tan tranquilo, después de haber dejado su codo marcado en dos o tres rostros.


Miguel, El Vagoneta. Líbero. El apodo le viene de su manera de correr. Era pequeño y con las piernas cortas, y se movía como una vagoneta de las de la mina del Lucky Luke. Sin gafas, veía lo justo para distinguir los colores de las camisetas. Y aún así, el tipo cumplía.


El Drago. Jugaba bastante poco, de lateral derecho o de central. Rozaba la vigorexia y, aunque era moreno, el mote le viene del contrincante de Rocky IV, Iván Drago.


El Cheto. Ese era yo. Lateral izquierdo. Me pasé seis meses lesionado y en ese tiempo cogí algún kilo de más que, unido a mi estatura, me dieron el apodo. Ni adelgazando de nuevo conseguí que me lo quitaram.


Centrocampistas


Juan Carlos, El Pantera Rosa. Lástima que no salga en la foto, porque tenía un notable parecido con Zidane. Le llamábamos así porque era grandote y lento, se movía como el personaje de dibujos animados. Curiosamente, tuvo un cahorro al mismo tiempo que el Zorro.


Sergio. Éste no tiene mote, pero tiene que salir. Sus eructos con olor (y sabor, ¡Diós, qué consistencia!) a chorizo eran cósmicos. Tenía la gran habilidad de tirarse pedos silenciosos en medio de las charlas tácticas.


Raúl, El Furia. Jugaba por la izquierda, en punta o de delantero. A su lado, Luis Enrique parecía Montilla con un cuelgue de hash. Todavía recuerdo su expresión más clásica: mordiéndose la lengua, con los ojos enrojecidos, persiguiendo la pelota como si le fuera la vida.


Iván, el Beckhan, con ene. Las mechas de peluquería de barrio eran impagables, de ahí el mote de Spice Boy de extrarradio. Un buen tío, era rápido y metía muchos goles. De noche también le vi golear varias veces.


Manolito, Yosu Ternera. Le llamábamos así porque siempre que salíamos montábamos un Comando Galicia, en honor al nombre de su bar, lugar de inicio de las juergas de equipo.


Delanteros


Sólo dire uno, el más grande: Quillo. No recuerdo que nadie que le llamara por su nombre, así que, sinceramente, no sé cómo se llama. Famoso por su dejadez, tenía dos momentos míticos en el vestuario:


a) La bandera de Japón. La combinación de una comida copiosa y unos calzoncillos blancos era, sencillamente, irresistible para él. Mostraba orgulloso su palomo de nicotina colgando la prenda de ropa interior en un lugar bien visible. El resto del equipo nos llevábamos solemnes la mano al pecho durante la ceremonia.


b) Los Tarzanitos. En la ducha, todos jaleábamos su particular ritual de extracción de las pelotillas de donde la espalda pierde su nombre. Cuando terminaba, alzaba la mano y mostraba orgulloso su cosecha del día.


Me he dejado a muchos compañeros, pero no creo que se enfade nadie. Aquel equipo era la bomba. Pasamos dos años inkeíbles, como diría uno que yo me sé... en el primero, las pasamos canutas, pero mantuvimos la categoría. Y en la segunda, a punto estuvimos de subir. Después, el entrenador cambió de aires y unos cuantos nos fuimos con él. Aunque eso ya es otra historia. Hoy se trata de rendir homenaje a una banda que durante dos años no dejó de desafinar, aunque con mucho estilo.

5 comentarios:

ruth dijo...

jajaja, que bo
algunes anècdotes ja ens les havies explicat.
lo de las pelotillas, que asco

chiquitibaila!
jajajaja"lenguaflying" també era seu?

Harvester Of Sorrow dijo...

No, "lenguaflying" té uns altres orígens. M'hauria de remuntar gairebé 10 anys més per explicar-lo... potser m'animo un dia d'aquests.

Aquell equip em va marcar molt, la imatge dels Tarzanitos no se m'oblidarà en ma vida.

Anónimo dijo...

Ja que la María m'ha dit que no podia marxar a casa sense mirar aquest post, em permeto un comentari. Les experiències de vestuaris ja ho tenen, això... I els renoms també. N'hi havia un, que ara es dedica a la música, i que es fa dir Refree (de Raúl Fernández, ja veus ho difícil que ho va fer el xaval per buscar-se nom artístic) que li deien 'el plátano'. Doncs no: Li deien 'plátano' perquè caminava com el plàtan dels 'Fruitis' (algú recorda la sèrie de dibuixos animats?) En canvi, a en 'chorro' (Agustín Coronado) li agradava fer gran el mite... Aquells crits, aquelles corredisses pel mig de les dutxes, aquella ostentació de genètica... L'adolescència ja ho té, això: Ningú es fa preguntes. Us imagineu com reaccionarieu avui si entreu al vestuari d'un gimnàs i veieu un paio que li diuen 'chorro', cacharro en mà, perseguint a la penya per fotrel's fuetada a la cuixa? Tu tens els 'Tarzanitos', jo tinc en 'Chorro'. La imatge d'en 'Chorro' corrent per les dutxes darrera de paios com en Torrebadella, o en Nadal, tampoc és fàcil d'oblidar...

Harvester Of Sorrow dijo...

Jejeje... si entrem en terreny genital, la cosa arriba per escriure'n un llibre. Amb la de tios en pilotes que he vist al llarg de la meva vida... ni Jenna Jameson, creu-me. Només et diré que tenia un porter tan flexible que li dèiem "Menji" Price, com el de Campeones. Un autèntic espectacle.

Benvingut al blog!

Anónimo dijo...

Deberías haber avisado que el contenido de la narración podía herir la sensibilidad de alguien que valore la higiene! De todos modos, fabulosa, como todas las de tu blog, el único que sigo, por algo será.

Por cierto un miembro de tu equipo glorioso le robó la mujer a un amigo y ahora tiene dos hijos postizos y vive en la Verneda. Le deben gustar las emociones fuertes. No es de extrañar después de sobrevivir a los tarzanitos.

Por mi parte debo ser algo así como una María Patiño fustrada, porque no he podido evitar contarlo. Si me sucede de nuevo tendré que pensar seriamente en buscar ayuda profesional.

Hasta pronto.